Entráis de alquiler a un nuevo piso. Ya todo está listo y por fin habéis encontrado la casa que querías. Pero ¿os planteáis qué ocurre o que puede ocurrir con las llaves de esa casa? ¿Cuántas personas pueden tener una copia de las llaves? Los antiguos inquilinos, y los anteriores y sus amigos o familia. ¿Os quedáis tranquilos y os fiáis de gente que no conocéis y que puede tener las llaves de vuestro nuevo hogar?
Es por este motivo por lo que lo más aconsejable es cambiar la cerradura. Se puede tomar la idea de común acuerdo con el propietario o poner una nueva por propia cuenta. En este sentido, el inquilino tiene todo el derecho a cambiar la cerradura sin pedir permiso al propietario y sin informarle. No obstante, sería aconsejable que le informara al propietario, para así darle copia de la nueva llave para caso de urgencias, como escapes de agua o un incendio.
Aunque el propietario tenga llaves de la casa, no podrá entrar en ella bajo ninguna circunstancia, salvo por expreso deseo de los nuevos inquilinos. Así lo señala el artículo 18.2 de la Constitución donde se dice que «el domicilio es inviolable» y que, de incurrir en esta acción, se realizaría un allanamiento de morada, delito penalizado por la actual legislación.
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